martes, 27 de febrero de 2007

Al comercio electrónico o al destierro


Comprar un vibrador en una ciudad como en la que vivo es arrastrarse a locales asociados al Gremio de la Caspa, y en las que la mujer es sólo el complemento de acciones y fantasias masculinas. Son locales oscuros, marginales, que, consciente o inconscientemente, llevan el sello del sexo como pecado mortal, y la marca indeleble de lo reprochable, lo vergonzante, lo sucio.

Internet me arroja imágenes de sexshops en otras ciudades en las que el disfrute del sexo es algo limpio y desable. En las que hay, incluso, establecimientos orientados a las mujeres, modernos y apetecibles.

¿Tan difícil es cambiar?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

En el norte la cosa pinta algo mejor, pero aún así, yo también he optado por la red.

P.D: En Inglaterra incluso sale más barato que en le Penénsula.

Adúlter dijo...

Un iPod siempre es fashion, pero no había visto este periférico en concreto...

J. A. Montano dijo...

¿Sexo limpio y deseable? ¿Quién quiere eso?

Álvaro dijo...

¡Hola, María cada día!

Me quedo con la dirección de tu blog, si permites.

Anónimo dijo...

Querida, ¿qué te pasa que no escribes? Espero que como la colega esa de Sexo en Nueva York no te hayas encerrado sola con tu jueguetito y tengamos que ir a buscarte.

lak_brona dijo...

Vuelvee!! Aunque bueno, si estás muy ocupada con el juguetito, nada...aguardaremos pacientemente.

marmotilla dijo...

Uy, sí. En Hamburgo hasta entré en unos grandes almacenes tipo El Corte Inglés que en una esquinita de la plnta de señoras tenían una sección de productos eróticos.