miércoles, 31 de enero de 2007

No os la perdais


De vez en cuando, es bueno mirar a la televisión pública porque cae una joyita como ésta, que "echan" a las 22.30 en La Dos.

Dirigida por Agnès Jaoui.


(Esta es la susodicha película. La susodicha directora es la que aparece arriba)












Próximo destino, Fitur


Que si el Caribe, que si Extremo Oriente, que si el Raffles de Singapur, que si tal compañía aérea o tal otra...Todo muy bien, pero el mejor viaje de gañote que cabe, el clásico, es el viaje del concejal a Fitur.

¿Y qué se hace allí? Pues gastar, criaturas, gastar. Es tan necesario como cuando le contábamos a nuestros padres que nos ibamos a estudiar a casa de fulanita, porque allí nos concentrabamos muy bien. Nuestros padres ponían cara de resignación y hacian como si se lo creyeran. Aqui dicen que van a promocionar el turismo ( de España, de la Comunidad Autonoma, de la comarca, del pueblo, de la pedanía) con la misma alegría que un Hogar del Jubilado va a un programa de Juan y Medio, para que luego los técnicos puedan hacer esos informes tannnnnn bonitos que indican que la ocupación hotelera ha subido un 3,5% respecto al año anterior, pero que los turistas gastan menos que Tarzán en corbatas. Es una forma de "trinque" sublimada.

martes, 30 de enero de 2007

Para Rebajas, las de antaño.



Vuelvo a caer, una tarde más, en la decepción de las rebajas. Debe haber alguna chica, elegante a la par que informal, de estatura media tirando a espigada, con medidas de anuncio de Dove que se me viene adelantando sistemáticamente desde el dia 7 de Enero y va comprando todo lo que me gusta que no sea ilegal, inmoral o me haga gorda. La falda de Adolfo Dominguez se esfumó, la cazadora de Purificación García ya no es, el conjunto de La Perla ya marchó y solo deja tras de si el camino infernal de las alternativas sin descuento. Como en una maldición me manda a Homeless, o a ver la sección-putón de los setenta en Caramelo, donde dependientas, ora ávidas, ora displicentes, me sopesan como en un mercado de esclavas y me colocan indefectiblemente en el sector de "los económicamente delicados" o "abiertamente tiesos en busca de una ganga".

Yo recuerdo que antes había blusas de última hora, que aparecían de repente y te llenaban de ilusión ese hueco del fondo de armario tan grande en el que siempre cabe una blusa más. Prendas de marca que hacían honor a sus nobles apellidos y que todavía subsisten una emporada más, a la espera de su reentré. O zapatos, por ejemplo. Ahora sólo hay lo que técnicamente llama mi madre "foeles" y que indica la ropa arrastrada temporada tras temporada, de ínfima calidad o peor gusto, que se ofrece al comprador en estas épocas del año. Tras el foel está el final de una época y el principio de los tiempos en los que José ya empieza a darle la paliza al faraón con lo de las vacas flacas.

¿Chapapote en Andalucía? ¿Y cuando no lo ha habido?

¡Cuanto nervio! Por Dios, por Dios...¿Que quieren, que los de Nunca Mas se vayan con las batas blancas a Algeciras? ¿Que haya manifestaciones por las calles pidiendo dimisiones? ¿Que se hable de la pérdida de especies marinas, de los daños a los fondos, a la flora, a la fauna, a las coquinas, a las ortiguitas de mar y al langostino? ¿Que pidan la dimisión de la Ministra, campana-en-mano-viva-la-Virgen-del-Rocio-viva? ¿del Subdelegado del Gobierno? ¿del sursumcorda?.


Anda ya...Si por esta zona siempre ha habido alquitrán; eso, con un poquito de aguarrás se quita, y no hay que ponerse tan alarmista, que la derecha ya no sabe como hacerle daño a la Andalucía Imparable, Inmarcesible, Martillo de Concejales Corrutos ( a la manera de Pepín Blanco) y Faro del Turismo de Todo Incluido.

Bienvenidos a la Andalucía del Siglo XXI


Jarta, jartita de oir hablar de la Andalucía del siglo XXI, me he abierto una ventana para señalar con el dedo. Antes, he mandado las macetas al vivero, el traje de faralaes a la tin-tontería, la biznaga a los pregoneros de la Feria y la Ciudad del Paraiso a hacerse un lifting, que ya va siendo hora. Que mucho hablar del AVE, de la ampliación del aeropuerto y del turismo de lujo, y lo único que se ve es cochambre, aceras sucias y mucho patán.