lunes, 5 de febrero de 2007

Quiero que me den un casco


En mi bella y mugrienta ciudad, los desvelos del Concejal de Tráfico (si los tiene) chocan siempre y en todo momento con la inapelable autoridad de un señor con un casco y un cartelito que cora una calle sin encomendarse ni a Dios ni al Sr. Alcalde. Mover una cubeta, colocar hormigón a la hora en la que el tráfico de la ciudad es el jodido caos, descargar ladrillos o, alternativamente, cortar por experimentar el poder absoluto son operaciones que realizan los que llevan un casco. Y como borreguitos nos vamos a dar la vuelta a la ria de Bilbao, porque lo ha mandado la autoridad. Esa misma autoridad permite colocar dos sacos de escombros, estratégicamente situados, para ocupar una hilera de aparcamientos que se reservan alos restantes comandantes del arma del casco de obrero, para que puedan aparcar con comodidad cuando el resto de las almas sufrientes de esta ciudad debamos dejarnos la cornamenta para ubicar el coche, perseguidos por los municipales y por los coches-foto-matón. No se si, como los masones, los municipales y los del casco se hacen alguna señal secreta ("botón de ancla, botón de ancla/corta la calle, multa a la rubia") o simplemente que entre ellos, a los que el sombrero les trasmite la autoridad, se reconocen y se respetan, porque si no, las arcas del ayuntamiento estarían rebosantes de numerario, fruto de las cien mil multas diarias que se impondrían a los tios del casco, por saltarse a la torera ordenanzas, leyes y redes básicas de las narices.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

mmmm....ciudades ciudades....paciencia infinta!!! Espero que no te haya catapultado también la fiebre. Gracias por tu visita. Ea, yo también quiero un casco!!!!!

Maria Cada Dia dijo...

Pasa a la sección de menaje y te dan el casco..¡Bienvenida!